Cómo una Simple Metáfora Cambió mi Vida y Puede Ayudarte a Superar la Situación en que te Encuentres.
En la vida, a menudo nos encontramos con obstáculos aparentemente
insuperables, situaciones que nos desafían y relaciones que nos hacen sentir
atrapadas.
Mi historia comienza en uno de esos momentos, en un tiempo en el que mi
relación con mi madre era tensa y las limitaciones parecían inquebrantables.
Como hija mayor, siempre me culparon de todo lo malo que sucedía en una familia
tan complicada.
Cada día era una batalla, y mi espíritu se sentía aprisionado. Pero
entonces, tuve la suerte de coincidir con un profesor, que siempre llevaré en
mi corazón, fue un ángel que Dios puso en mi camino de desesperación, en ese
momento ese profesor me impartía una materia administrativa, y una mañana que
llegué muy triste a mi clase, al finalizar me preguntó si podría ayudarme, que
me veía muy mal.
Tuve la confianza de contarle la presión que sentía, lo cansada que
estaba, correr de un lado a otro para cumplir con obligaciones del hogar que no
eran mías, no me dejaba tiempo para hacer mis tareas temprano, no tenía
derecho, ni era libre de salir a pasar un momento de recreación, mi madre no lo
permitía, ella seleccionaba mis amistades, me gritaba todo el día… él solo me contestó
con una metáfora que cambió mi vida. Justo escribo esto, y recordar es...
volver a vivir, aún me duele😢
Me dijo: "Rodea el muro, si no lo puedes derribar".
Esta simple declaración se convirtió en mi brújula hacia la autenticidad y el
empoderamiento. Días después me enteré que además de profesor, era el pastor de
un templo cristiano.
La metáfora del "muro" representaba los obstáculos
aparentemente inquebrantables que enfrentaba en mi vida. Mi madre ejercía un
control excesivo, y las heridas de una infancia complicada aún estaban frescas.
La metáfora me enseñó que no siempre podemos derribar los muros que nos rodean,
pero tenemos el poder de rodearlos, encontrar nuestro camino y recuperar
nuestra autenticidad.
El proceso
de rodear el muro no fue fácil. Luché
contra viejos patrones y enfrenté desafíos emocionales. Aprender a poner
límites y mantener la autenticidad en mis relaciones fue un proceso continuo y,
a veces, doloroso. Crecer en una familia complicada me estaba forjando a ser
una mujer fuerte, aprendí a no engancharme en las discusiones, la vida me dio
la oportunidad de enseñarme a escuchar cada palabra hiriente y a identificar el
chantaje emocional. Pero cada paso me llevó más cerca de la sanación y la
libertad.
Gradualmente, con el paso de los años, tomé las riendas de mi vida, me hice responsable de sanar esas heridas y recuperé mi poder personal. Aprendí a poner límites saludables y a vivir de manera auténtica, sin sentir la necesidad de complacer a los demás. Cada pequeña victoria me acercó más a la paz interior y la autenticidad.
Durante todo este proceso, te soy sincera, no fui a un especialista, para que me ayudara a sanar, logré avanzar gracias a mi mente, me convertí en una persona que analiza todo lo que sucede, analizo cada palabra, cada gesto, hasta la sonrisa que me brindas la analizo. Tomé los libros de psicología de la biblioteca, y aprendí a sacarme a mi misma de ese hoyo. Solo yo sabía lo que me dolía, yo tenía hacer algo por mí, porque quería hacer algo por mí.
Hoy, puedo decir que he recorrido un largo camino hacia la autenticidad y el empoderamiento positivo y saludable. Me he recuperado a mi misma, de a poco voy sanando mis heridas y aprendo cada día más de mis emociones.
La relación con mi madre, ahora es un gran lazo💝, se ha convertido en mi mejor amiga y compañera, le he enseñado a Sanar sus Heridas de la Infancia. Y Mi historia es un recordatorio de que, incluso en las circunstancias más desafiantes, podemos encontrar una forma de rodear los muros que enfrentamos y recuperar nuestra voz y nuestra autenticidad y sobre todo, ayudar a aquellas personas que también sufren.
Mi esperanza es que mi historia pueda ayudar a otras jóvenes que enfrentan situaciones similares. Y a aquellos chicos que también sufren por vivir en una familia complicada. Si estás luchando con relaciones complicadas u obstáculos aparentemente insuperables, recuerda que tienes el poder de rodear el muro y encontrar tu camino hacia la autenticidad y el empoderamiento.
Puedes liberarte y construir un futuro más brillante. Probablemente en este momento no tienes dinero suficiente para asistir a sesiones con un terapeuta o psicólogo, pero con tu voluntad y amor propio, puedes comenzar a digerir esas emociones que tienes acumuladas en tu pecho.
Toma una hoja de papel y escribe todo eso que te duele, una vez que termines, léelo cuantas veces sea necesario, en el tono que lo hayas escrito, permítete sentir el dolor y después toma un encendedor, una vela encendida o un fosforo y quema esa hoja que escribiste. Mientras se convierte en cenizas, respira profundo, inhala con la nariz y exhala con la boca. Te sentirás mejor y tendrás la mente más tranquila para tomar decisiones.
Te invito a reflexionar sobre las "paredes" en tu propia vida.
¿Cuáles son los obstáculos que enfrentas?
¿Cómo puedes aplicar la metáfora del "muro" en tu propia vida
para recuperar tu autenticidad y empoderamiento?
Comparte tus pensamientos y experiencias en los comentarios, puedes hacerlo de manera anónima, eso te ayudará un poco a sacar eso que guardas en tu corazón; juntas podemos inspirarnos y crecer.