
¿Y si dejar de ser fuerte también es un acto de valentía?
Hoy quiero contarte algo que probablemente no muchas personas se atreven a decir en voz alta: Ser fuerte no siempre se siente bien. A veces, ser fuerte duele. Quema. Cansa. Aísla. Nos enseñaron a aplaudir la resistencia, a celebrar al que no llora, al que sigue “a pesar de todo”, al que nun…